miércoles, 13 de diciembre de 2017

Quiero cerrar el año con una lista de discos, arbitraria y sin ningún orden, que por algún motivo no pude reseñar y me hubiera gustado. Esto no quita saltar mañana o pasado mañana, o una semana después de las Pascuas, dentro de cualquiera de ellos, pero por lo pronto voy a señalarlos con el metafórico dedo de la palabra, ese recurso tan poderoso que son los ostensivos: estos discos son los que les recomiendo que escuchen, si es qué, por algún motivo, no tienen un mañana para darse el lujo de esperar. 
Todos están en Youtube.


- Motorama, "Calendar" (2012)


Therefore the pain won't stop
The pain won't stop

Motorama is a Russian post-punk band from Rostov-on-Don, Russia. The band was formed in 2005 and named after the film (1991).[1] The group has received popularity not only in Russia but also abroad. They have released two EPs and three studio albums. Names of singles are "Eyes", "Alps", "Ghost" , "Wind In Her Hair" and "To The South".

Así reza Wikipedia.

Miguel R. (graciaaaaas) decía en una entrada de Facebook que, para aquellos que preguntaban que era eso tan lindo que sonaba de fondo, iba esta referencia.

El disco promedia con muchísima fuerza. Hacia "To The South", su sencillo hitazo, ya se percibe la vibra, pero un tema después no más, con "Rose in the vase" y todavía un paso más con "In your arms" te desarma. The desharma. Así con haches. Porque que se yo como se dirá en ruso, pero la pretensión al menos de intentar ser postpunkies y genuinos se siente. No digo que sea posible, pero al menos creo que puede leerse, e incluso a través de las barreras idiomáticas. 
¿Sería más fácil hacer rock ruso siendo neozelandés?
No lo creo.

- El Príncipe Idiota, "Doméstico" (2017)

Vestido se acostó,
masturbose antes de dormir.
Y en segundos se olvido
de la noche entera.

Pato dice que no está nada mal. Yo le agregaría que está muy bien, pero es una opinión más. ¿Qué importa? No vamos a definir ningún partido acá.
Lo que me pasa es que las texturas. 

Las texturas.

¿A qué llamo eso? Bueno, una textura es algo continuo, ininterrumpido. Uno pasa los dedos sobre algo e identifica la unidad de lo-que-sea mediante eso: la ininterrupción. Cuando llega a un vértice, y de pronto se abisma la cosa, entiende que terminó.
Eso es la textura, lo que hay entre un vértice y otro.

Entiendo que esta banda, por lo que hace, plantea texturas de fondo sobre las que inscriben letras descriptivas, casi cuentísticas, por su regularidad y efectividad. 

Eso está buenísimo.
Me pierdo en sus letras prosaicas y la instrumentación tan adecuada a esa deriva urbana y elevada, como dos metros encima de la planta baja de de cualquier departamento. Y entonces llego al vértice y hago lo que haría en cualquier terraza o azotea, en cualquier pileta o piscina: me quedo tieso un rato y miro. Tan cerca toda la diferencia, entre estar ahí, o abismarse allá.

El Príncipe Idiota no dice mucho, pero la formación y la impronta que están logrando, pese a su corto tiempo de vida, los hace dignos de atención.
 
- Luca Bocci, "Ahora" (2017)

Archipiélagos de sal, piedras del sol,
socorren mi naufragio y me rescatan
de esta ilusión, de nubes que se llueven
dentro de tus ojos.

Si tuviera que partir
de una nota en cuestión
sería sin duda un sol
y tendría la armonía cantada
y la técnica sería de pacer un placer.
Porque sobre la guitarra se pace
como un rebaño inaudible
que busca su voz rebuznada
y no hace sino balar
con los dedos los trastes
que acá o en Mendoza
suenan a canción.

Luca Bocci, el mendocino pibe de peculiar apariencia, saca un disco este año brutal. El año es brutal, el disco canción, porque abreva del rock clásico ya, en Argentina y más allá, de Charly y Luis Alberto, e incorpora lo suyo, amodernado, listo, demasiado listo, porque si no, ¿por qué empieza y termina así el disco?
Es una afrenta.
Un piano de gotan bien grabado y un techno j-pop deliberado, "Fujin ama a Raijin". 

No me jodas Luca.

Pero te quiero mucho. No entiendo porque todavía no hay más tuyo. Ojalá pronto me desengañe y vea, fumando solo, tu próxima producción para el gran público, esto es: los que de lejos te seguimos.

Si pudieras venir alguna vez, mejor aún.

- Atrás Hay Truenos, "Bronce" (2016)


Perdón, pierdo el hilo de la charla,
no puedo levantar más la cabeza. 

Álbum del 2016 al que llegué por referencia de Maxi Prietto en una entrevista hecha en tierras aztecas, en ocasión de la presentación de "Agua Ardiente" en Guadalajara. No encuentro la entrevista por ningún lado, y a fuerza de no creer que estoy inventándola, voy a recuperar de mi memoria la pregunta precisa que la entrevistadora o el entrevistador le hicieron para que lo recomendase como, según afirmó, una de sus carpetas más reproducidas en los numerosos viajes en bus que tuvieron que hacer desde La Paternal a donde el escenario estuviese dispuesto. Decía:

[Entrevistador/a] Maxi, ¿qué rolas traes? ¿qué verga escuchas hoy we? Porque la nueva escena argentina toma distancia del rock populachero y rolinga de los '00 y se plantea nuevas duraciones y recursos. Treinta minutos y una computadora con micrófono alcanzan, ni hablar.

[Prietto] Alcanzan, es verdad, pero la posta es que Atrás Hay Truenos dejó de hacer música para molestar con el último de sus discos, "Bronce", que la rompe. Es una píldora de felicidad roja y blanca y texturada, lenta de a ratos, pero subidora. Te pega. Y cuando creés que está bajando, porque nada bueno dura para siempre, te lleva de la mano desde la nube donde estabas al suelo frío y húmedo de Rosario. Tenés que escucharlo. Creo que los pibes la pegaron con la producción y los nuevos timbres, y lograron hacer de nueve temas una sola experiencia.

Así fue, sin duda.
 
- Mueran Humanos, "Miseress" (2015)

Nacimos para bailar descalzos
sobre las cabezas de tus reyes. 

Un disco sin piedad, que te arrastra de la remera antro adentro. Son casi visibles las luces bailando sobre las cabezas, con el volumen suficiente. Desde Berlín, Tomás Nochteff, miembro fundante junto a Pedro Amodio y Javier Aldana de "Dios", desenvaina el bajo de la rúbrica escénica explosiva y lo blande rítmico, empatado a baterías electrónicas, aportando su voz junto a la de Carmen Burguess, que extorsiva las distorsiona e inserta nuevos sonidos como si fueran agujas en una muñeca, minuto a minuto, con sintetizadores bien agudos.
Amar esta banda (¡gracias Gaby!) 


- Night Beats, "Who Sold My Generation" (2016)

Pour myself a drink or maybe two
What is wrong with you?
What they say to you?

Seattle, hogar de Eddie Vader, cuna de Nirvana, y en su momento (waaaaaa) de Jimi Hendrix, aún hoy tiene tiendas de música notables que le venden instrumentos y hasta dan lecciones a todo tipo de freak.
Estaba viendo que Seattle está en el noroeste de los EE.UU, estado (provincia) de Washington, casi casi en la frontera con Canadá (Vancouver a menos de 100 millas) Hubiera imaginado que estaba al este, de prejuicioso no más, pero vieron... nunca estuve allá y la verdad que todas esas diferencias y rivalidades entre esto y aquello, enten eller, me pasan por al lado. Lo cierto es que este disco, desde las voces engastadas las hasta los pedales de las violas, grita PSICODEEEEELIA, GAAAAARAGE y alguna birra yanki por ahí Budweiser al humo de buenas flores. Es un remake de los primeros '70. Re da para ponerlo en juntadas, ¿cómo pude ser tan torpe y olvidarlo? Re da.
 
- Terry Riley, "Persian Surgery Dervishes" (1971)

Hora y media.

Dos versiones del mismo tema grabadas en vivo, con casi un año de diferencia.

Los Ángeles, 18 de abril de 1971: todo en Do. No sé que hace con la mano derecha y con la izquierda. La melodía fluye, y pretende no estar. Lo importante acá es que el drone durísimo de la izquierda te envuelve y no te deja escapar. Es terrible. Es tremendo. Nunca imaginé que un órgano pudiera hacerme esto. Y cuando creía que todo iba a ser soportable hasta que terminase, su derecha me acuchilla sin contemplación con ristras velocísimas de notas espumadas, tomadas de un oleaje melódico incomprensible.
Los versados estudiantes de La Música sabrán desdecirme. Me chupa un uovo. Terry Riley sabe valerse por sí mismo, y nosotros que casualmente lo escuchamos también.
París, 24 de mayo de 1972: en Do todo. No sé que hace con las manos izquierda y derecha. Fluye como si hubiera una melodía, y la hay. Con lo que parece un instrumento menos uno da cuenta de que antes, en 1971, a lo mejor hubiera uno más.
No, siempre fue UN órgano.
Y el drone aún durísimo te captura, otra vez, como si fuera una boleadora patagona. Es bárbaro, incivilizado. ¿Cómo puede hacernos esto? preguntamos de boca al piso, saboreando la tierra, sintiendo palpitar el labio con su latido. Es el nuestro, arrebatado de su ritmo propio por el de esta obra, repetida ahora con casi un año de diferencia, pulida o afilada nuevamente, una hoja que sin piedad abre el silencio y traza un arco meditado, meditabundo.
Me vuela los pelos. Este disco. Me vuela los pelos.
 
- Harold Budd, "The Pavilion of Dreams" (1978)

En el nombre de Dios, el Benefactor, el Piadoso.

Si llegan a escuchar el segundo tema, después del minuto 18, van a saber que ya no están en la Tierra, sino en otro plano delicioso y edénico.
Las palabras no hacen justicia de esta impresión.
Harold Budd logra, en su forma mínima de hacer las cosas, coser con una voz sin palabras y un arpa una experiencia. 

El nombre que da a esta experiencia es doble: "Déjennos ir a la casa del Señor" y "Domingo de mariposa"

Me recuerda mucho a una versión hermosa, lírica y "bellepoquesca" de Debussy, que no puedo encontrar para recuperarles ahora, con letra y música para la danza clásica. Ya quisiera tenerla presente y compartirla, pero queda entonces como una referencia ficcional.

De H. B. podemos decir que en este disco logra producir una sensación de abismamiento notable. Me gusta el adjetivo "notable". Lo uso un montón últimamente, como si estuviera de moda. 
El disco recoge su regreso a la composición después de un hiato de 2 años, cuando llegó, según él, a los límites del minimalismo. 
Está bien Harold. Este disco te lleva en taxi por la ciudad, pero no tu ciudad, sino otra ciudad, parecida a la tuya, pero sobre la que no podés imponer ningún recuerdo. Entonces tenés que recurrir a la imaginación, que es la memoria pero libre de la necesidad de corresponderse con algo que ya pasó, o sea, que no existe más.
Entonces recordar es una facultad de la imaginación, y H. B. ofrece acá sus recuerdos de una paseo que le suponemos fue caro, en taxi, seguramente la bajada de bandera en EE. UU. es en dólares y qué se yo, capaz que en relación al sueldo promedio de un músico avant-garde está alta.
Pero decía: se la jugó, y gracias a eso, podemos deslizarnos sobre lineas de saxo y teclados vibratos, teclatos vibrados, vibrados teclados, etc.
De nuevo: gracias Harold.

 - Slowdive, "Slowdive" (2017)

There's a buzzard of gulls
They're drumming in the wind
Only lovers alive
Running in the dark

Estoy apurado por terminar esta entrada del blog. O sea: no empecé a escribir con ningún orden. Creo que hasta ahora viene así: Mueran Humanos, Atrás Hay Truenos, Night Beats, y ahora Slowdive. Pasa que pienso, todavía, bajo el imperativo de la "inspiración", como si tuviera que hacer algo pronto y naturalmente.
Está claro que la inspiración es más dura que Dios. Es severa, arbitraria y judáica, en los términos que el prejuicio entiende. Por eso debo renegar de ella.

Entonces decía con apuro que Slowdive es una banda inglesa que pasó bajo mi radar mucho tiempo, pese a mirarse el calzado con una fijación digna de un monje zen. Y aunque tuvieran el sello "90' approved" dado por los escuchas y la crítica, no me fue mencionada por nadie nada nunca. Pitchfork dijo que "Slowdive" es uno de sus "best new albums", y el crítico le dio 8.6 puntos sobre 10. ¿Qué carajo significa eso, eh...? 
Bueno, no importa. En general el staff de Pitchfork me place. Me da de comer cuando nadie más lo hace. Por eso llegué a Slowdive, que tiene producciones más que notables en los '90, diría geniales, como Souvlaki y Pygmalion.

La banda se corre ligeramente de sus empresas anteriores, y la verdad le viene bien. Hay mucho de diurno y aereado en lo que hacen acá, como si para respirar hiciera falta escuchar no más. Se los reconozco. Hay un soplo de oxígeno en este disco, homónimo por cierto, que lanzan en 2017. Lo que antes se volvía una lenta deriva en experimentaciones no siempre agradables, hoy es, 22 años después de su último disco, una prueba fehaciente de su compromiso con la música. Dios los bendiga.

- Moondog, "Sax Pax fo Sax" (1997)

No matter what name she goes under
I dig her deeply and no wonder
For she's been lovely to me
And I'm the better for having met her.

De Moondog solo voy a decir que fue lo que llamaríamos en argentina un croto, ciego desde los 16, que se vestía como un vikingo y pedía plata en las calles de Nueva York, por interpretar música en instrumentos que él mismo inventaba.

...

De este disco puedo recopilar que fue grabado con la Filarmónica de Londres, que parece una risa, y que fue compuesto para no uno, sino 9 (nueve) saxofones.
Si en esta lista hay un disco que lo eleve a uno sobre las circunstancias de su más mediocre y llana cotidianeidad, es este. 

Es este el disco chicxs. Este es el disco. No busquen más. Moondog sabía, incluso hasta sus últimos días en, como Iggy, como Bowie y Nochteff,  BERLÍN.

¿Por qué no digo más nada?

Por vergüenza.-

JMO

sábado, 9 de diciembre de 2017

Aullidos del extrarradio. Los Desechables, "Golpe tras golpe" (1984)



"Mi poesía consistirá, sólo, en atacar por todos los medios posibles al hombre, esa bestia salvaje, y al Creador, que no hubiera debido engendrar semejante basura"
Conde De Lautréamont


Después de transitar engorrosos pantanos burocráticos y en plena era de la velocidad, logramos asirnos a este codiciado material que, habiéndome llegado colateralmente pude, al descubrir, disfrutar y venerar, finalmente, hasta la devoción total.

Una obra improbable y maldita, cual si se tratara de una gema preciosa que cae del espacio exterior en las propias manos de quien hace rato espera poco y nada de la existencia. Y, mucho, mucho menos del rock.

El primer contacto fue con este DVD de título "El peor Dios" que narra en forma de documental el fugaz derrotero de Los Desechables, agrupación barcelonesa (en rigor provienen de un pequeño poblado de sus alrededores llamado Vallirana) que irrumpió furiosamente en la escena punk española de los 80s, merced a un rocanroll primitivo y crudísimo que sustentaba su propuesta en los tres tercios de su formación primigenia: Miguel, un guitarrista dotado con el talento de, en pocos acordes y sin ninguna clase de virtuosismo, expresar un sonido filoso, salvaje e hipnótico; Dei Pei, a quien tan solo un redoblante y un platillo le bastaban para llevar con con nervio y frenesí el tempo de esos interminables mantras rockeros; y Tere, una bella ninfa adolescente que transformaba absurdas letras de inconformismo generacional en estremecedores y desesperados gritos de furia, sexo y angustia existencial.

El combo era demasiado bueno. Tanto que no pude resistirme a saber mas de ellos. Vi el documental varias veces. Muchas. En el hablan Tere y Dei Pei, los únicos sobrevivientes de la formación original, y otros allegados a la banda. Miguel había fallecido después de un intento de asalto a una joyería, justo antes de la probable consagración de la banda, dejando una estela vibrante, poderosa y maldita, pero muy poco para la posteridad. Y de ahí la valía de este trabajo y, sobretodo, del disco que reúne su obra desperdigada.

Sobre este documental debo decir que, si bien es interesante, ejerce una función desacralizadora sobre los tres personajes, a quienes hubiera preferido conocer de otra manera, simplemente por su música, algún recorte de diario y fotos. Valga decir: la producción visual de la banda es una obra en sí misma. Hubiera preferido ser devuelto, digamos, a lo que siempre me enamoró del rock: esa fabula mágica que se eleva por sobre nosotros, simples mortales, haciendo de su música, su fantasía, y sus héroes un misterio. Por fortuna el supremo acto ritual de sentarse a escuchar un disco hace que uno pueda abstraerse de lo que sabe, y cuando el sonido comienza, la ficción lo arrasa todo y no hay huella de realidad que la sobreviva.

Y conseguimos también el disco. Un hermoso vinilo llamado "Golpe tras golpe" que reúne lo que se pudo rescatar de esta primera formación de la banda, un trabajo de recopilación que viene a reivindicar esa primera etapa, la que los convirtió en un mito pírrico, y que por el feroz ensañamiento del destino y cierta mística del fracaso, nunca llegó a materializarse en un trabajo de estudio. Lo pusimos en la rocola y ahí estaba, intacto. Ese sonido sucio y arrastrado que bañaba de oscuridad sórdida y nocturna el esqueleto típico del rock.

El trabajo se sirve de dos o tres conciertos en vivo, en el cual despachan sus descargas eléctricas en varios actos intensos y salvajes. "Golpe tras golpe", "Quiero pasarlo bien" "No me consigues divertir", "El fin del mundo" son algunas de sus canciones mas atronadoras. Los Desechables en pleno estado de gracia montando su arrollador número ante un publico atónito que, sospecho, sintió algo de perplejidad ante ese tandem que conformaba el sonido chirriante y oxidado de los guitarrazos de Miguel con el golpeteo seco y latoso de un redoblante que no daba tregua.

Buscando referenciarse en su tótem sagrado, The Cramps, pero logrando en esa búsqueda encontrarse, tomaron lo que tenían a mano, ese rocanrol de dos o tres tonos básicos y lo retorcieron con capricho, lo rasgaron con pedazos de vidrio y lo pintaron de un negro abismal que podrá subsistir únicamente en su propio universo. Pero el impacto mayor no ocurre hasta que la misteriosa figura de Tere, parada en el centro de la escena, y ya en trance desde el primer acorde, se monta a ese sonido devastador para soltar con ironía y desesperanza gritos tan dotados de furia y desazón que intrigan y descolocan, encendiendo en la mente y el estomago un enigma siempre recurrente: ¿de que rincón del alma una generación saca tal hastío? Nunca lo sabré acabadamente, sin embargo vuelvo a preguntármelo una y otra vez. Pero en Tere, en Los Desechables, no se agota la respuesta en una mera oda a la disconformidad. También está el juego y la búsqueda constante del límite.

La mayor obsesión del rock es ver que hay más allá. Entonces el sexo, el ocultismo, las drogas... no es necesario explicarlo. Tere era el súmmum de todas las perversiones, el estallido de ira ante las represiones morales de toda índole, la quintaescencia del rock. En su sensual juventud se comprimen las angustias y el odio de la inocencia ante un sistema que machaca y golpea con cobardía imponiendo toscamente sus limites unidimensionales. Por eso la búsqueda transgresora.

Escapar hacia donde no haya cárceles.

Los Desechables iban tras eso, desesperadamente, por eso su imagen es digna de adoración. Porque desde muy temprano supieron que para salir de la monotonía autoimpuesta de las sociedades modernas, no basta con caminar.

Hay que correr.

Y sí se puede volar. Y las salidas no son luminosas, son oscuras, pero el viaje vale la pena cuando uno juega a estar en una película.

Por suerte yo la pude ver.

LG Trash



miércoles, 4 de octubre de 2017

Hay tanto jugo por aquí. Los Espíritus, "Agua Ardiente" (2017)


Empujaba con la insistencia de algo inconsciente el viento nuestros cuerpos, orientados esa noche de viernes, prometiendo el culto desbordado a otro elemento: el fuego.

Porque Agua Ardiente es un motivo tejido sobre cuatro elementos: la Luna, la noche, el mar y el fuego. En él no hacen falta imposturas ni i(t)smos  que conecten la a-islada experiencia personal con el continente de lo colectivo. Todo lo que destila es tan antiguo como el primer hombre perdido en los ojos de una mujer, y viceversa. Algunos viejos conocidos hablan de la antigüedad de las cosas en función de la injusticia ("más viejo que la injusticia" dicen). Diría yo que este disco es el más justo para el presente (pleno, en gira) de la banda, gloriosa formación que La Paternal parió en este presente musical argentino. Es puro, tal y como suenan en vivo. Porque seamos sinceros: hay sonidos que no pueden samplearse en ningún estudio. Pertenecen al instante, al error y al colectivo. Los temas que tejen en este fabuloso disco son el resultado, quizá, de la condición simple y encruzijada que tiene blues. El "blues" que fue antes color, y luego canción, para volver hecho un inmenso vocablo al idioma inglés. El blues de Mississippi, que habla de las heridas y se hace bálsamo; que recupera lo perdido y se vuelve memoria; que marca el paso y se vuelve ritmo. Ese blues que es ruta y es noche; que es jornada bajo el sol y merecido descanso.

La última vez que aprendí todas las letras de un disco estaba abollado de amor por una chica incombustible. No había manera de evitar esos largos tramos en auto entre el trabajo y el terciario; la casa y el trabajo. Y como no había más que entregarse a la rutina férrea, salivaba los labios y ponía a mi lado una compañía que pudiera traerme de nuevo a la Tierra. Encendía el equipo del auto, enchufaba el pendrive, y dejaba que el espacio entre las cosas se volviera canción. Este disco es eso. Este disco es la traducción, por otro lado imposible, del tiempo perdido entre dos puntos del corazón. Eso es fuego. Porque el corazón se alimenta de cenizas, y el tiempo es la sangre de los acontecimientos.

Hay fuerzas elementales en juego. Dice Maxi en una entrevista con Patricia Peñaloza, periodista mexicana:

 "...por más que sea como sea, va a terminar siendo como tiene que ser." Y en esa frase trunca se condensa la potencia de los elementos convocados, que encuentran una representación formal en la producción. El disco está pensado como un vinilo, con un lado A que termina en "Esa luz" y un lado B que termina en "El viento", ambos finales sostenidos en imágenes arquetípicas que Los Espíritus utilizan para sugerir que la voluntad y el progreso vital encuentran un límite en la más natural de todas las cosas.

"Una a una nuestras voces se apagaran"
(Llámese muerte)


La fórmula de este sonido acomodado, logrado tras dos discazos (de menor envergadura para quien escribe) como fueron el homónimo (2013) y "Gratitud" (2015) es girar y girar. Es la rueda que mueve a la banda, y no tienen reparos en reconocer en dos o tres entrevistas que tocar en vivo es lo que les permite crecer y vivir de su música. Finalmente lograron, a decir de ellos, un sonido "de grupo", y lo hacen sentir en cada presentación con toda la energía de cada uno de sus seis integrantes.
Aplaudo que Los Espíritus hayan transitado sus momentos más oscuros y menos rentables hacia esta producción, aún sombría, pero plena de in-tensión y promesa, lo mismo que un llama arrimada al agua. Aplaudo sus funciones, su ánimo ante el público. Y déjenme detenerme acá: su ánimo frente al público. Porque tuve la fortuna, extraña para mi, de ir a su último concierto en Rosario, accesible, elongado y repleto. La convocatoria fue plena decía y completó el espacio disponible en Vorterix. No fueron puntuales y al entrar sonaron a lluvia y alivio, ya que todos esperábamos ser absueltos del ansia que nos comía desde adentro, las ganas fuertes de hacer salto el alcohol y cantar cada una de las canciones, hasta que se apagasen nuestras voces, y al salir todos nos agitábamos fatuos en calle Salta. No se diga más. A escuchar.


JMO

Bandcamp

Perdida en el fuego [mp3 128] 


domingo, 17 de septiembre de 2017

Una rápida antes de que el gusano eterno devore Connecticut. GYBE, "Luciferian Towers" (2017)



Mientras el dolor, que es un caballo viejo, trota de mi columna al cuello, encuentro que Godspeed You! Black Emperor no sacó un nuevo EP, sino que lo hará el 22 de septiembre. Gente hermosa, de la que campa abundante en Internet, pudo obtener una versión filtrada, lejos de una calidad fidedigna, pero que nos permite apreciar otra obra in crescendo, cataclísmica, llena de potencia y presagios.

Lo que sigue lo extraigo y traduzco del Bandcamp de la banda:


esta, esta grabación de larga duración, una cosa que hicimos en medio de un lío comunal, criando perros y niños, ojos elevados y llenos de una espantosa alegría – apuntamos a las notas erróneas que explotan, un silencioso murmullo amplificado hacia el cielo. grabamos todo en una lancha incendiándose.

(el contexto como sigue:)

1. UNDOING A LUCIFERIAN TOWERS – mirá ese puto horizonte! escritura monetaria grande y perezosa en aburridos obeliscos de mármol! imagina todos esos edificios mucho después, vaciados y desnudos de alambres y vidrios, escucha- el viento silbando a través de la totalidad de sus 3000 aberturas quemándose!

2. BOSSES HANG – el trabajo, alienado de la riqueza que produce, para que esa vaca sagrada, la mayoría de nosotros vive precariamente! pateando, pero a duras penas! – la orgullosa iluminación de nuestras vidas acortadas! además – más nosotros que ellos! además – lo que necesitamos ahora son palas, aljibes y barricadas!

3. FAM / FAMINE – el modo en que nos matan = el terrateniente ausente, una torre en llamas, el ruidoso pánico de policías-niños y sus explosivas manos-gatillo. con el sordo filo de una meritocracia arbitraria, negligencia, mapas de cánceres, ataques de drones, hambre. el bosque arde y pronto nos cazarán como lobos.

4. ANTHEM FOR NO STATE  – kanada, saqueada de sus minerales y su petróleo sucio. saqueada de sus árboles y su agua. una cosa arruinada, ahogándose en un charco, cubierta de hormigas. al océano no le importa una mierda porque sabe que está muriendo también.

finalmente y en conclusión:
el LP "luciferian towers" fue informado por las siguientes grandes demandas:
+ el fin de las invasiones extranjeras
+ el fin de las fronteras
+ el desmantelamiento completo del complejo industrial-carcelario
+ la salud, la vivienda, la alimentación y el acceso al agua reconocidos como derechos humanos inalienables
+ que los expertos hijos de puta que quebraron el mundo nunca más pronuncien una palabra

mucho amor a todos los otros extraviados y vagabundos,
xoxoxox meo de dios / montréal / 4 juillet, 2017

credits

releases September 22, 2017

PERSONNEL
Aidan Girt: Drums
David Bryant: Electric guitar, MG-One
Efrim Manuel Menuck: Electric guitar, organ, OP-1
Karl Lemieux: 16mm film projections
Mauro Pezzente: Electric bass
Michael Moya: Electric guitar
Sophie Trudeau: Violins, organ
Thierry Amar: Contrebasse, electric bass
Timothy Herzog: Drums

GUESTS ON TRACK ONE
Bonnie Kane (saxophone, flute, electronics)
Craig Pederson (trumpet)

Recorded by Greg Norman at Hotel 2 Tango and The Pines.
Mixed by Greg Norman and GYBE at Hotel 2 Tango.
Masted by Harris Newman at Greymarket.

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martes, 29 de agosto de 2017

Las huellas de un viaje oscuro. Natural Snow Buildings, "Daughter of darkness" (2009)



Día 33

Hace tres días que estoy escuchando el mismo disco de Natural Snow Buildings. En francés, cómo ellos se lo habrán dicho a sí mismos al darle nombre, se dice "Bâtiments enneigés naturels". Ellos son Mehdi Ameziane y Solange Gularte.

"Bâtiments enneigés naturels"

Hace tres días que estoy escuchando el mismo disco de Bâtiments enneigés naturels. Hace treinta minutos descubrí que hay un reissue, o sea otra edición, con dos temas más, completando un total de dieciocho.

Hace tres días que estoy escuchando el mismo disco de Bâtiments enneigés naturels y no sé porqué. Dura siete horas casi veinticinco minutos, y tengo la sensación de haber naufragado en el mar o el desierto, que en definitiva son lo mismo.
Esta recomendación me produjo ansiedad porque me la imaginaba vacía, inabarcable. Volví en tres ocasiones sobre lo escrito como si lo hubiera escrito otro, porque no reconocía la letra. Enseguida me daba cuenta que era mía y que la había escrito ya hacía tiempo, como en un estertor de tres espasmos (aunque fueron muchos más) Me duele no poder acompañar, por ejemplo, estas descepciones con toda la imaginería en que abundan los discos. Son pequeños cuadernos de dibujo, por los escaneos que vi. Ellos dicen en la entrevista que viene que es el la mitad de su trabajo. Fijense: en 2008 sacan un album de 5 discos ("I Dream of Drone"), y en 2009 un LP triple ("Shadow Kingdom", inmensamente valorado). "Night Coercion Into the Company of Witches" es un album auto-publicado de 2008, 3 CD's o 4LP's de longitud. Aunque después circule, al salir sus discos son obras artesanales, sacan ediciones de 100, 500 ejemplares y pasan a otra cosa. Y sin embargo hay 11 albumes publicados entre 2008 y 2009.


Lo prolífico,"la tensión", por citarlos, se produce entre lo melódico y lo cacofónico. Es la frontera entre ambas la que explora el dúo, y tienen de donde cosechar, según parece.

Este disco: de acoples que producen ecos en ida y vuelta, que agotan los ángulos de ataque y ese ruido blanco que crispa el oleaje, como un viento sordo e inmenso que acompasa toda la duración del album. A mitad de "Santa sangre II" el abatimiento es absoluto, y las esperanzas se ahogan en la tormenta sin rumbo. "A Thousand Demons Invocation" y "Slaves for the Afterlife" recurren a una paleta de aquellos-instrumentos-de-meditación, son paganas en sus mejores momentos. Hay segmentos que ofrecen poco más que respirar por el largo de una hora.
Qué plácido "Devil's Fork", y cuanto de incomprensión y conmoción logra al finalizar. Amo la aniquilación de lo idéntico que logra la repetición. 
Un tour de force, la hondonada y el abismo sonoro. Distorsiones visuales y drones interminables, largas franjas de notas pulsadas por guitarras que recuerdan un poco a Earth, Muslimgauze y otros aquelarres telúricos. 

No estoy del todo convencido de que la banda carezca de esta virtud particular: una relación con el tiempo que recorre las posibilidades que hay en la extensión. Todo en NSB se expande. Los sonidos ocupan el aire entre los auriculares y los tímpanos, envuelven el craneo, se derraman de las camas, inundan las habitaciones y llenan las casas, ocupan los recintos, lo elongan todo. El tiempo hermanado al espacio. Recorren el tiempo hermanado al espacio y se dan el permiso de romper cánones de duración y de hacer que esta nota penda un minuto, o que este motivo se desplace cuantas veces haga falta hasta agotarlo, hacerlo cenizas.


Estoy escuchando otros discos de NSB. Todo suena tan orgánico, tan "uno". No es fácil, como le decía a un amigo, recomendarla.
Uno: No tiene las cualidades de una banda mainstream.
Dos: La duración de los álbumes es aplastante.

Tres: Por el punto número 2, requiere de mucho tiempo y paciencia formarse una opinión sobre las obras.
Cuatro: Eligen temas que, sospecho, son "esotéricos", en contraposición a lo "exotérico" que se orienta al gran público.

Ahora llegué a "Beyond the Veil", del 2012.  Tengo la intuición que esta es la verdadera banda sonora de un gesto mágico. No encuentro otras palabras para describirlo.


Esta es una traducción de parte de una entrevista por correo que realiza Pitchfork al dúo francés. Me interesa esta parte:

Pitchfork: Do you think of your structured songs and your abstract pieces as different, or as parts of a whole?
 

Pitchfork: ¿Piensan sus canciones estrucutradas y sus piezas abstractas como cosas diferentes, o como parte de un todo?

NSB: They’re part of the same continuum. But songs have always been used as, well, bread crumbs-- something familiar that could mark the way through a very dark journey. And there's always noise in the background-- something undefined, crawling and submerging the human voice.
 

NSB: Son parte del mismo continuo. Pero las canciones siempre fueron usadas como, bueno, migas de pan-- algo familiar que pudiera marcar el camino en un viaje muy oscuro. Y siempre hay ruido de fondo-- algo indefinido, arrastrándose y sumergiendo la voz humana.
 

Pitchfork: Do you mean bread crumbs for you, or the listener?
 

Pitchfork: ¿Migas de pan para ustedes, o para los escuchas?
 

NSB: For both, we think. It’s easier to evoke one narrative through words. To use another metaphor, it’s the spot on the map saying you (we) are here.
 

NSB: Para los dos, creemos. Es más fácil evocar una narrativa por medio de palabras. Para usar otra metáfora, es el punto en el mapa diciendo "vos (nosotros) estás acá"


Si nos ceñimos a la mera descripción (un recurso más en definitiva) hay que hablar de las armonías. Yo no estudié música. Cuando tenía dieciseis años agarré una guitarra de mi hermana y decidí tomar clases con un profesor, después de tocar sin rumbo unos meses. Entonces no podía tener nada claro, pero ya juntaba mis primeros mangos y podía pagarme esas clases con trabajo.
Me fue bien. Llegué a tocar en la carpa de Islas Canarias en las Colectividades y todo. La viola se me hacía ligera y pesada a la vez, y por esa liviandad nunca pude rematar mi gusto, y por lo pesado me la tomaba muy en serio. Todo remate exigue una decisión, pesada como piedra de toque, para que el canto quede fino, filoso. Entonces venía yo de probar aquello y de movida, con un amigo con el que zapabamos cada tanto, nos lanzamos al examen de ingreso de la Municipal de Música. Entró él, pero yo quedé afuera. Creo que la música en Rosario es más competitiva que el teatro o la mera vida, me cuentan.

Volviendo: no puedo decir casi nada sobre la armonía, es verdad. Pero si se trata de una asociación "paradigmática", vertical, de los sonidos (cómo si el verde de un "re" pudiera asociarse al pino de un "do") NSB peca de puntillismo, de prentender dar cuenta de todas esas relaciones como si se las recorriera con una cámara en macro, palmo a palmo, sufridamente. Poner esas sentidas tonadas "folk" junto a los des-arreglos eléctricos de duración inestimada hiere. Es un ruido doloroso. Te lastima la sensibilidad escuchar la voz de Solange, como humilde, como melancólica, alzarse sin dificultad sobre el panorama sonoro, casi un estado climático, un día parcialmente nublado que se vuelve tormentoso.

¿En qué quedamos entonces?

NSB afirma, en la entrevista antes citada, que todo es político. Tiene que ver con su trabajo y la visión común a partir de la cual lo construyen. Yo afirmo: NSB es un duo para escuchar. Eso significa: no es música ambiental; no es música bailable; no es música que acompase nuestros prejuicios musicales. Se impone como un velo hechado sobre quien lo oiga, por su tesitura y su extensión. Es rarísimo. Lo recomiendo encarecidamente, y sugiero paciencia y dedicación. No es posible hacerse una idea acaba en un disco (si es que lo logran) ni en dos. Hay que escucharlo todo, todo.

Yo voy a volver en este blog sobre esta banda. Hace falta. Sé que suena a Sananda y Motura, y quizá lo sea. NSB también es una cura naturista para una epoca fragmentada.

Adelante.-



JMO


Will you die for me? [mp3 256]

lunes, 14 de agosto de 2017

De un castillo a otro. Nico, "Desertshore" (1970)


Este disco de 1970 es un tesoro poco recordado de la alemana Nico. O al menos mas relegado que otros de sus discos de ese momento.
Modelo, actriz, cantante, cantautora y símbolo de esas vanguardias pop europeas y neoyorkinas de los años 60s y 70s, y donde
Andy Warhol dice la leyenda, impulso su presencia en el disco de debut de The Velvet Underground a regañadientes de Lou Reed sobre todo. Para bien de la historia su voz congenio a la perfección con la estética de la banda en tres canciones de un estilo que denotaba nocturnidad y decadencia y que ella doto decisiva e incisivamente.
Chequear Femme Fatale, “All Tomorrow Parties o “I’ll Be Your Mirror en la voz de Nico en ese gran disco de Velvet Underground, confirma que se integra perfectamente a un conjunto de canciones de una modernidad trepidante e inigualable.


Editado en diciembre de 1970 y con las colaboracion multinstrumentista de John Cale y el productor folk Joe Boyd.

El silencio es un elemento presente junto al anacrónico sonido del harmonium, ni una pizca de misterio y vanguardismo se pierde de esta obra aun con el paso de los años. Sin duda fue una importante influencia dentro de la música pop hecha posteriormente y dentro de los subgéneros del rock de mayor y menor valía se delataría su influencia.
La voz de Nico subyuga a partir de su teutónico acento, en apariencia monocorde. Ella con su voz de contralto  impone gravedad, hondura y dramatismo sin igual. Como sumergida en leyendas medievales donde la imaginación nos lleva a espectrales figuras de tiempos antiguos el mínimo acompañamiento instrumental suspende romántica toda noción de presente.
Los títulos de los ochos temas varían del ingles, el aleman original de la artista y hasta el frances donde su pequeño hijo Aaron hace su particular aporte en "Le Petit Chevalier" remarcando la bohemia y disfuncionalidad que a aquellos artistas siempre particularmente se les permite. Aaron era hijo de parte de padre nada menos que del mítico Alain Delon. Glamour, celebridad y talento por doquier.
Agregaría que esta obra es ideal de escuchar en esas noches de invierno silenciosas o en grises tardes donde no esperamos nada ni a nadie.

Ruben Detroit


Janitor of Lunacy [FLAC 24-96]