Día 33
Hace tres días que estoy escuchando el mismo disco de Natural Snow Buildings. En francés, cómo ellos se lo habrán dicho a sí mismos al darle nombre, se dice "Bâtiments enneigés naturels". Ellos son Mehdi Ameziane y Solange Gularte.
"Bâtiments enneigés naturels"
Hace tres días que estoy escuchando el mismo disco de Bâtiments enneigés naturels. Hace treinta minutos descubrí que hay un reissue, o sea otra edición, con dos temas más, completando un total de dieciocho.
Hace tres días que estoy escuchando el mismo disco de Bâtiments enneigés naturels y no sé porqué. Dura siete horas casi veinticinco minutos, y tengo la sensación de haber naufragado en el mar o el desierto, que en definitiva son lo mismo.
Esta recomendación me produjo ansiedad porque me la imaginaba vacía, inabarcable. Volví en tres ocasiones sobre lo escrito como si lo hubiera escrito otro, porque no reconocía la letra. Enseguida me daba cuenta que era mía y que la había escrito ya hacía tiempo, como en un estertor de tres espasmos (aunque fueron muchos más) Me duele no poder acompañar, por ejemplo, estas descepciones con toda la imaginería en que abundan los discos. Son pequeños cuadernos de dibujo, por los escaneos que vi. Ellos dicen en la entrevista que viene que es el la mitad de su trabajo. Fijense: en 2008 sacan un album de 5 discos ("I Dream of Drone"), y en 2009 un LP triple ("Shadow Kingdom", inmensamente valorado). "Night Coercion Into the Company of Witches" es un album auto-publicado de 2008, 3 CD's o 4LP's de longitud. Aunque después circule, al salir sus discos son obras artesanales, sacan ediciones de 100, 500 ejemplares y pasan a otra cosa. Y sin embargo hay 11 albumes publicados entre 2008 y 2009.
Lo prolífico,"la tensión", por citarlos, se produce entre lo melódico y lo cacofónico. Es la frontera entre ambas la que explora el dúo, y tienen de donde cosechar, según parece.
Este disco: de acoples que producen ecos en ida y vuelta, que agotan los ángulos de ataque y ese ruido blanco que crispa el oleaje, como un viento sordo e inmenso que acompasa toda la duración del album. A mitad de "Santa sangre II" el abatimiento es absoluto, y las esperanzas se ahogan en la tormenta sin rumbo. "A Thousand Demons Invocation" y "Slaves for the Afterlife" recurren a una paleta de aquellos-instrumentos-de-meditación, son paganas en sus mejores momentos. Hay segmentos que ofrecen poco más que respirar por el largo de una hora. Qué plácido "Devil's Fork", y cuanto de incomprensión y conmoción logra al finalizar. Amo la aniquilación de lo idéntico que logra la repetición.
Un tour de force, la hondonada y el abismo sonoro. Distorsiones visuales y drones interminables, largas franjas de notas pulsadas por guitarras que recuerdan un poco a Earth, Muslimgauze y otros aquelarres telúricos.
No estoy del todo convencido de que la banda carezca de esta virtud particular: una relación con el tiempo que recorre las posibilidades que hay en la extensión. Todo en NSB se expande. Los sonidos ocupan el aire entre los auriculares y los tímpanos, envuelven el craneo, se derraman de las camas, inundan las habitaciones y llenan las casas, ocupan los recintos, lo elongan todo. El tiempo hermanado al espacio. Recorren el tiempo hermanado al espacio y se dan el permiso de romper cánones de duración y de hacer que esta nota penda un minuto, o que este motivo se desplace cuantas veces haga falta hasta agotarlo, hacerlo cenizas.
Estoy escuchando otros discos de NSB. Todo suena tan orgánico, tan "uno". No es fácil, como le decía a un amigo, recomendarla.
Uno: No tiene las cualidades de una banda mainstream.
Dos: La duración de los álbumes es aplastante.
Tres: Por el punto número 2, requiere de mucho tiempo y paciencia formarse una opinión sobre las obras.
Cuatro: Eligen temas que, sospecho, son "esotéricos", en contraposición a lo "exotérico" que se orienta al gran público.
Ahora llegué a "Beyond the Veil", del 2012. Tengo la intuición que esta es la verdadera banda sonora de un gesto mágico. No encuentro otras palabras para describirlo.
Esta es una traducción de parte de una entrevista por correo que realiza Pitchfork al dúo francés. Me interesa esta parte:
Pitchfork: Do you think of your structured songs and your abstract pieces as different, or as parts of a whole?
Pitchfork: ¿Piensan sus canciones estrucutradas y sus piezas abstractas como cosas diferentes, o como parte de un todo?
NSB: They’re part of the same continuum. But songs have always been used as, well, bread crumbs-- something familiar that could mark the way through a very dark journey. And there's always noise in the background-- something undefined, crawling and submerging the human voice.
NSB: Son parte del mismo continuo. Pero las canciones siempre fueron usadas como, bueno, migas de pan-- algo familiar que pudiera marcar el camino en un viaje muy oscuro. Y siempre hay ruido de fondo-- algo indefinido, arrastrándose y sumergiendo la voz humana.
Pitchfork: Do you mean bread crumbs for you, or the listener?
Pitchfork: ¿Migas de pan para ustedes, o para los escuchas?
NSB: For both, we think. It’s easier to evoke one narrative through words. To use another metaphor, it’s the spot on the map saying you (we) are here.
Si nos ceñimos a la mera descripción (un recurso más en definitiva) hay que hablar de las armonías. Yo no estudié música. Cuando tenía dieciseis años agarré una guitarra de mi hermana y decidí tomar clases con un profesor, después de tocar sin rumbo unos meses. Entonces no podía tener nada claro, pero ya juntaba mis primeros mangos y podía pagarme esas clases con trabajo.
Me fue bien. Llegué a tocar en la carpa de Islas Canarias en las Colectividades y todo. La viola se me hacía ligera y pesada a la vez, y por esa liviandad nunca pude rematar mi gusto, y por lo pesado me la tomaba muy en serio. Todo remate exigue una decisión, pesada como piedra de toque, para que el canto quede fino, filoso. Entonces venía yo de probar aquello y de movida, con un amigo con el que zapabamos cada tanto, nos lanzamos al examen de ingreso de la Municipal de Música. Entró él, pero yo quedé afuera. Creo que la música en Rosario es más competitiva que el teatro o la mera vida, me cuentan.
Volviendo: no puedo decir casi nada sobre la armonía, es verdad. Pero si se trata de una asociación "paradigmática", vertical, de los sonidos (cómo si el verde de un "re" pudiera asociarse al pino de un "do") NSB peca de puntillismo, de prentender dar cuenta de todas esas relaciones como si se las recorriera con una cámara en macro, palmo a palmo, sufridamente. Poner esas sentidas tonadas "folk" junto a los des-arreglos eléctricos de duración inestimada hiere. Es un ruido doloroso. Te lastima la sensibilidad escuchar la voz de Solange, como humilde, como melancólica, alzarse sin dificultad sobre el panorama sonoro, casi un estado climático, un día parcialmente nublado que se vuelve tormentoso.
¿En qué quedamos entonces?
NSB afirma, en la entrevista antes citada, que todo es político. Tiene que ver con su trabajo y la visión común a partir de la cual lo construyen. Yo afirmo: NSB es un duo para escuchar. Eso significa: no es música ambiental; no es música bailable; no es música que acompase nuestros prejuicios musicales. Se impone como un velo hechado sobre quien lo oiga, por su tesitura y su extensión. Es rarísimo. Lo recomiendo encarecidamente, y sugiero paciencia y dedicación. No es posible hacerse una idea acaba en un disco (si es que lo logran) ni en dos. Hay que escucharlo todo, todo.
Yo voy a volver en este blog sobre esta banda. Hace falta. Sé que suena a Sananda y Motura, y quizá lo sea. NSB también es una cura naturista para una epoca fragmentada.
Adelante.-
JMO
Will you die for me? [mp3 256]
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